sábado, 12 de agosto de 2017

¿Por qué no hacen fracking en los jardines de la Moncloa?

Publicado en ciezaenlared.com (12/10/2017)

Hoy, queridos lectora o lector, necesito que leas esto. Hoy, queridos lector y lectora, necesito que hagas clic en “Me gusta”, que lo compartas en todas las redes sociales en las que tengas cuenta, que se lo cuentes a tus amigos, vecinos y conocidos. Vamos, que hoy necesito, como se dice hoy en día, “petarla”. O sea, que se entere todo el mundo.

Porque estamos hablando de algo muy serio, que nos puede afectar a ti, a mí, a vosotros, a ellas, a todos los que vivan en Cieza y otros municipios de los alrededores. Algo malo, muy malo, que viene de la mano de nuestro querido gobierno central y de aquéllas para quien éste trabaja y por quienes vela, las grandes compañías energéticas.

Proyecto LEO. ¿A alguien le suena? Pues si no nos suena nos va a sonar, y mucho. Estas siglas, tan astrológicas ellas, esconden un plan para realizar prospecciones y, en caso de obtener resultados positivos, desarrollar en cuatro municipios (Cieza, Hellín, Calasparra y Jumilla) la extracción de petróleo y gas mediante la técnica de fractura hidráulica o “fracking”. La técnica del fracking consiste básicamente en inyectar agua mezclada con otros componentes a presión a través de un pozo de gran profundidad para romper literalmente las capas impermeables que aíslan los yacimientos de gas y petróleo y que éstos asciendan a la superficie. Se trata de una técnica que se inventó hace décadas, pero cuyos riesgos y precio desaconsejaban su uso.

Pero ahora las cosas han cambiado. Los precios del petróleo y del gas han subido, lo que hace rentable el empleo del fracking. En cuanto a los peligros de su utilización siguen siendo los mismos, pero a las multinacionales y a algunos gobiernos eso les da igual, ya que la obtención de beneficios está por encima de cualquier fruslería como el daño que se puede causar al medio ambiente, a otras actividades económicas o a los mismísimos (y cada día menos respetados) ciudadanos.

¿Qué riesgos probados supone el fracking? El primero es de origen sísmico. La ruptura de estratos, la extracción de petróleo y gas, la inyección a alta presión de agua, todo ello supone una intrusión en el equilibrio geológico de las zonas en las que se aplica. De hecho, y aunque las empresas responsables lo niegan, en zonas geológicamente muy estables del centro de Estados Unidos el fracking ha producido terremotos. Y por si no lo sabéis, queridos lectores, vivimos en una zona tan geológicamente inestable y activa que la cuestión no es si se va a producir un gran terremoto, sino cuándo y de qué magnitud. Si a nuestro sistema geológico, ya de por sí movidito, le damos una patada mediante el fracking, imaginad qué podría pasar. Y pensad por un momento si alguien se haría responsable si pasara (que es más que probable que pase) algo grave.

Otro riesgo: la contaminación. Las empresas lo niegan mediante juegos de palabras, pero lo cierto es que la extracción de petróleo o gas mediante fracking es como mínimo igual de contaminante que la tradicional, con sus escapes de crudo y gas que contaminan irreversiblemente las zonas de extracción. Pero además las grietas provocadas por las fracturas hacen que petróleo y gas se extiendan por el interior de la tierra hasta alcanzar acuíferos y ríos subterráneos, contaminando así las aguas utilizadas para la agricultura y para el abastecimiento humano y dañando todo el sistema económico de dichas zonas; en nuestro caso, poniendo en peligro nuestra agricultura y nuestros escasos recursos de agua. Además, diversos productos químicos muy peligrosos son añadidos de forma sistemática al agua para realizar las rupturas. Y adivina, querido lector/a, dónde acaban esos productos.

Y aquí viene el más curioso de los riesgos: el uso del agua. Porque dígame usted, señor Presidente del Gobierno, o señores Ministros de los ramos pertinentes. ¿Tienen ustedes la más remota idea de la cantidad de agua que necesita para funcionar la extracción de hidrocarburos mediante fracking? Porque necesita mucha, muchísima agua. Hasta 180 millones de litros cada vez que se fractura un pozo vertical, cosa que hay que hacer varias veces en muchas ocasiones. Y, por si no lo saben, en este pueblo y en los de al lado no tenemos casi agua para beber, y menos para regar. Y eso que vivimos de la agricultura. Por no tener, nos estamos quedando sin agua hasta para fabricar cerveza. ¿Y quieren ustedes que les demos agua para provocar terremotos, contaminarnos, destruir nuestra agricultura y matarnos de sed? ¿Conocen ustedes la geografía de su país o piensan que esta zona está cruzada por caudalosos ríos y llueve todos los días de diario y fiestas de guardar? Y encima, apostaría cualquier cosa a que si prospera su proyecto el aumento espectacular del precio del agua que se produciría acabaríamos pagándolo los consumidores de a pie, vecinos y regantes, mientras que sus adoradas empresas extractoras tendrían las exenciones y ventajas que todos conocemos (y padecemos).

Para que te hagas una idea de lo peligroso que es el fracking, amiga lectora y amigo lector, TODOS (y utilizo las mayúsculas por primera vez en años porque la ocasión lo merece) los grupos políticos del Ayuntamiento de Cieza han firmado y apoyado una declaración en la que rechazan la puesta en marcha del proyecto LEO (y de cualquier otro intento de aplicar el fracking) en nuestro municipio. Pero es que, además, las cuatro localidades de las que hablamos al principio, Cieza, Hellín, Calasparra y Jumilla, han aprobado por unanimidad declaraciones similares. Y las cuatro, gobernadas por diferentes fuerzas políticas, han presentado y suscrito una declaración conjunta en la que, en los términos más enérgicos, dicen no al proyecto LEO en particular y a otros proyectos y al uso del fracking en sus municipios en general. Tres de estos municipios presentaban el pasado día dos de agosto una iniciativa legislativa en la Asamblea Regional contra el fracking en nuestra comunidad que ha sido muy bien recibida por los grupos políticos de nuestra cámara. Una cámara que en su momento ya se pronunció en contra del fracking. Por no hablar del rechazo suscitado por este proyecto entre asociaciones, plataformas y sociedad civil en general.

Pero el gobierno central tiene otros objetivos, que no son otros que hacer que el proyecto LEO sea una realidad en nuestra tierra, por las buenas o por las malas. Para ello ha recurrido a varios subterfugios. El primero, y basándose en una legislación poco menos que hecha a medida, el asumir la competencia exclusiva en este sentido cuando se trata de proyectos que afectan a varias comunidades autónomas. En segundo lugar, saltarse a la torera buena parte de la ley con respecto a los estudios de impacto ambiental de dicho proyecto. El tercero, dar el visto bueno al inicio del proyecto en agosto, en época de vacaciones, intentando así minimizar la contestación a esta más que sospechosa decisión. Y en cuarto, declarar que el fracking creará riqueza y puestos de trabajo para la Región.

Riqueza. ¿Para quién? Para las empresas extractoras y aquéllos que se beneficien de su gratitud por conseguir los permisos. Para los ciezanos, hellinenses, calasparreños o jumillanos, nada de nada, ya que los trabajadores de los pozos serán pocos y vendrán de otros lugares.

Apenas pagarán impuestos (recuerda, son multinacionales), ensuciarán nuestra tierra, nuestro agua, hundirán nuestra agricultura y, muy probablemente, provocarán catástrofes sísmicas. Y quedarán inmunes, sin tener que pagar por sus desmanes, como ocurre siempre en este país. Todo lo que acabe contaminado, destruido, todo nos lo tendremos que tragar nosotros.

Así que ya lo sabes. Pulsa en Like, comparte, cuéntaselo a los tuyos. Estate atento a las convocatorias y movilizaciones contra el fracking. Participa en ellas. Defiende a tu pueblo y a tu gente. Y si no lo conseguimos, prepárate. Porque los vamos a pasar mal.

Y a usted, señor Presidente de un Gobierno que ignora la opinión y los deseos de sus ciudadanos, incluso de los de su propio partido, le propongo una cosa. Ya que el fracking es tan bueno, tan limpio, tan solidario, ¿por qué no se anima y permite que lo hagan en su pueblo? ¿O mejor aún, en los jardines de la Moncloa?

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